ANNA GRAU NUEVA YORK
Coincidiendo con el octavo aniversario del 11-S, los responsables del futuro complejo monumental y museo conmemorativo han lanzado un nuevo sitio web en el que esperan que todo el mundo “cuelgue” sus imágenes, vídeos o relatos personales de lo que ocurrió aquel día. La web, ya activa, se llama "Make History".
Se calcula que unos 2.000 millones de personas siguieron los atentados de 2001 en tiempo real. “El 11-S es el evento más digitalmente documentado de todos los tiempos” explicó hoy en rueda de prensa Alice Greenwald, directora del museo, “lo que queremos es que gente de todo el mundo que nos cuente su historia sobre aquel día”.
Para empezar ya se han reunido 500 horas de vídeo casero. Hay imágenes de bomberos en pleno fragor del rescate, primeros planos de personas mirando horrorizadas a lo alto de las Torres, viendo como algunas de las víctimas allí atrapadas optan, en su desesperación, por saltar al abismo.
Este es uno de los retos éticos que afronta tanto el sitio web como el museo mismo, en su afán de documentar el 11-S con la mayor precisión posible. ¿Es lícito difundir una imagen donde se reconozca a una víctima tirándose por la ventana? ¿Qué pasa con el dolor de las familias?
Los responsables aseguran que habrá, tanto en la web como en el museo mismo, advertencias de cuándo determinada imagen puede herir la sensibilidad del espectador. No ha habido censura propiamente dicha pero sí un proceso de criba, admiten, que ha sido “lo más difícil” de su trabajo.
Análogas complicaciones se han planteado al tratar de cumplir otro de los objetivos: contar no sólo qué ocurrió el 11-S sino sus causas y sus efectos. Lo cual inevitablemente puede llevar a visiones políticas en disputa. ¿Estaría el museo por ejemplo dispuesto a recoger la opinión de alguien que considerara que los terroristas suicidas del 11-S eran héroes? Aquí la respuesta del presidente del museo, Joe Daniels, es muy clara: no.
Análogas complicaciones se han planteado al tratar de cumplir otro de los objetivos: contar no sólo qué ocurrió el 11-S sino sus causas y sus efectos. Lo cual inevitablemente puede llevar a visiones políticas en disputa. ¿Estaría el museo por ejemplo dispuesto a recoger la opinión de alguien que considerara que los terroristas suicidas del 11-S eran héroes? Aquí la respuesta del presidente del museo, Joe Daniels, es muy clara: no.
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