Los mineros atrapados desde hace más de dos meses en el norte de Chile comenzaron a emerger de las entrañas de la tierra en la madrugada del miércoles, mientras familiares y socorristas festejaban el emotivo rescate que quedará en la historia.
Bocinas y aplausos llenaron el aire, mientras que globos con los colores de Chile subieron al cielo cuando Florencio Avalos, el jefe de la mina, fue el primero de los 33 encerrados en las fauces del yacimiento en ver de nuevo la luz de la luna sobre el Desierto de Atacama poco después de la medianoche del martes. En un hito de supervivencia bajo tierra y después de que en un principio se los diera casi por muertos, Avalos y colegas soportaron atrapados a unos 700 kilómetros de profundidad desde un derrumbe el 5 de agosto que bloqueó la pequeña mina San José.
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